La importancia de los anfibios y los reptiles en los ecosistemas
naturales es innegable. Ellos juegan un papel fundamental en las cadenas
alimentarias; por ejemplo, muchos mamíferos y aves carnívoras, tales como los
falconiformes se alimentan de ellos. Por otra parte, conforman una alta
proporción de los vertebrados dentro de los ecosistemas. Los anfibios merecen
una particular atención como indicadores de calidad de hábitat debido a su piel
permeable y su ciclo bifásico larva-adulto (Heyer et al., 1994).
Los estudios para la toma de decisiones en materia ambiental utilizan
la información concerniente a la herpetofauna ya que, por ejemplo, los anfibios
son buenos indicadores de calidad de hábitat de los sistemas acuáticos, siendo
particularmente susceptibles a la contaminación y modificación del entorno. En
Venezuela, Visbal et al. (1992)
La pérdida de la diversidad biológica es señalada como una de las
grandes tragedias de nuestra época. En particular, esta pérdida ha afectado
principalmente a ranas y lagartijos, cuya abundancia y diversidad varía con los
cambios en la composición y cantidad de microhábitats. Muchos de estos
microhábitats generalmente son afectados por diferentes prácticas de manejo de
la tierra o de otros recursos (Péfaur, 1993). Por ello es necesario conocer y
difundir los métodos y técnicas de campo que permitan estudiar a estos grupos
de vertebrados.
Bases para el estudio de la herpetofauna en campo
Fuentes primarias de información:
Una investigación exhaustiva de la información bibliográfica existente sobre la fauna herpetológica de una determinada área de estudio es obligatoria antes del inicio de cualquier diseño de un programa de campo. En este sentido las listas o catálogos como la de Rivero (1961), Barrio (1998) para anfibios; Roze (1996) Pefaur(1992). De igual forma, los museos y registros individuales de colección deberían ser utilizados para elaborar la lista preliminar de las especies de anfibios y reptiles en un área geográfica.
Una investigación exhaustiva de la información bibliográfica existente sobre la fauna herpetológica de una determinada área de estudio es obligatoria antes del inicio de cualquier diseño de un programa de campo. En este sentido las listas o catálogos como la de Rivero (1961), Barrio (1998) para anfibios; Roze (1996) Pefaur(1992). De igual forma, los museos y registros individuales de colección deberían ser utilizados para elaborar la lista preliminar de las especies de anfibios y reptiles en un área geográfica.
Información acerca del hábitat:
En los estudios herpetológicos es indispensable que el investigador recopile información acerca del hábitat. Tanto el conocimiento del clima, como del suelo, de la vegetación, de los cuerpos de agua y del resto de la fauna de una región, ayudarán a incrementar la calidad del estudio. En particular, la estructura horizontal y vertical de la vegetación son factores importantes que afectan a la distribución y uso del hábitat en reptiles y anfibios (Tabla 1).
En los estudios herpetológicos es indispensable que el investigador recopile información acerca del hábitat. Tanto el conocimiento del clima, como del suelo, de la vegetación, de los cuerpos de agua y del resto de la fauna de una región, ayudarán a incrementar la calidad del estudio. En particular, la estructura horizontal y vertical de la vegetación son factores importantes que afectan a la distribución y uso del hábitat en reptiles y anfibios (Tabla 1).
Las variaciones diarias del clima también pueden afectar la actividad
de los reptiles y anfibios. La temperatura y la radiación son factores
determinantes en los ritmos de actividad de los reptiles, especialmente en las
zonas frías, mientras que para los anfibios la humedad relativa juega quizá el
peso más predominante. Especies con un estrecho rango de preferencia de
temperatura ambientales tienden a ser más activas durante un pequeño intervalo
de tiempo. Así las muestras pueden ser variables durante una misma semana donde
se registren grandes diferencias de temperatura. También pueden ser
considerables las diferencias estacionales o diarias debido a las diferencias
de movimiento entre diferentes edades, clases de edades y sexos.
La hora del día seleccionada para efectuar las observaciones, así como
el tipo de vegetación del área de estudio también afectan la precisión del
muestreo al influir sobre la visibilidad.
Métodos de muestreo
Muchos de los registros de anfibios y reptiles resultan de
observaciones casuales realizadas durante un trabajo de campo. Esas
observaciones, en forma acumulativa, han contribuido más al conocimiento sobre
la ocurrencia de reptiles y anfibios que cualquier otro método (Bruce, 1986).
Aunque estas observaciones frecuentemente producen valiosos registros por
localidad, generalmente requieren de la inversión de una gran cantidad de
tiempo. A través de ellas solamente se verifica a especies fácilmente visibles
y a aquellas que permanecen una gran parte del tiempo sobre la superficie del
suelo, rocas o restos vegetales. Generalmente sólo un pequeño porcentaje de las
especies que ocupan un área son detectados durante la búsqueda. Sólo a través
de meses y frecuentemente años, una lista completa de las especies de un área
pueden ser verificadas por técnicas de búsqueda visual como ha ocurrido para
algunas zonas montañosas del centro del país(Manzanilla et al., 1995, 1996;
Yústiz, 1996)
Es recomendable invertir el tiempo necesario en la selección del
método de muestreo más adecuado; por supuesto, se debe estar claro sobre los
objetivos de la investigación a realizar. La recopilación de información sin
objetivos claros tiene poca o ninguna importancia y en muchos casos puede
ocasionar mas daños al medio ambiente que las soluciones que puede aportar.
El método seleccionado por un investigador, dependerá así de los
objetivos que se plantean su proyecto. Por ejemplo, si se necesita desarrollar
una lista de especies de un tipo de hábitat, se deberá seleccionar una
combinación de búsqueda y detección.
Si lo que se desea es conocer los tamaños de diversas poblaciones de
anfibios o de reptiles, entonces es muy conveniente seleccionar bien el tipo de
trampa a emplear y los tratamientos estadísticos de los datos para estimar la dinámica
poblacional (Davis & Winstead, 1987).
Antes de iniciar cualquier muestreo, el investigador deberá solicitar
a los organismos administradores de los recursos naturales, los permisos
necesarios para la ejecución de un determinado proyecto de investigación, en
especial si éste va a ser realizado dentro de Áreas Bajo Régimen de
Administración Especial (ABRAE), tales como Parques Naturales, Refugios de
Fauna, Monumentos Naturales, Santuarios, etc.
Existen dos procedimientos básicos para capturar o registrar la
presencia de anfibios y reptiles: de manera directa o indirecta. La manera
directa consiste en que el investigador atrape u observe el animal, con o sin
ayuda de herramientas. Se puede verificar la presencia del animal aún cuando
éste no sea visto, por ejemplo a través de sus cantos, o de sus huellas. La
manera indirecta involucra el uso de equipos capaces de atrapar o registrar la
presencia del animal sin estar presente el investigador.
Todo material obtenido durante cualquier estudio que requiera el
sacrificio de animales deberá ser adecuadamente procesado, preservado y ser
depositado en colecciones que garanticen su conservación y uso con fines
científicos (Ver Simmons, 1993).
Esta puede ser a través de recorridos diurnos o nocturnos, caminando o
en vehículos, y de forma sistemática o no y puede ejecutarse con o sin ayuda de
instrumentos y dispositivos que aumenten la capacidad de observación y captura
del investigador.
Una de las formas más sencillas de verificar la ocurrencia de especies
en un área dada es desplazarse a través del área, registrando todos los
anfibios y reptiles observados. Debido a que las especies están separadas tanto
en el tiempo como en el espacio, los muestreos realizados a diferentes momentos
del día conducen a determinar las variaciones en el número de especies
registradas (los muestreos diurnos detectan animales diurnos; muestreos
nocturnos detectan
animales nocturnos). Lo mismo sucede con la heterogeneidad de
ambientes, lo deseable sería incluir el mayor número de ambientes (cuerpos de
agua, bosques, áreas abiertas, etc.)
Otro método sistemático comúnmente empleado consiste en buscar en los
hábitats conocidos de ciertos reptiles y anfibios. Especies elusivas diurnas y
nocturnas pueden ser localizadas a lo largo de rutas alzando restos vegetales,
rocas y/o revisando cuevas. Estos métodos de microhábitats específicos son
generalmente empleados para verificar y coleccionar datos sobre la abundancia
de unas pocas especies. Si se emplea sólo para verificación, estos métodos son
fáciles y sencillos, pero cuando se utilizan para obtener la abundancia
relativa, el método consume gran cantidad de tiempo.
Las armas de fuego han sido ampliamente usadas en la captura de
reptiles y anfibios. Una alternativa al uso de armas de fuego, es el uso de una
banda de goma, que consiste en entrelazar dos bandas de goma (ligas rojas) las
cuales son lanzadas sobre el pequeño o mediano reptil, luego de apuntar sobre
el mismo. El método es sencillo y seguro y con la práctica permite obtener
animales vivos.
El uso de trampas y redes sumergidas aumentan la efectividad de
captura de muchas especies acuáticas tales como las tortugas en pozos o
lagunas. De igual forma, el uso de un pequeño “tren” aumenta notablemente la
eficiencia en la captura de renacuajos. Para muchas especies de ranas, sapos,
renacuajos y tortugas pueden obtenerse muestras numerosas debido a que sus
hábitats (agua o ecotono agua-tierra), están limitados a áreas relativamente
pequeñas. Las redes de mano son frecuentemente utilizadas para atrapar
reptiles, especialmente lagartijos.
Es un implemento útil para la captura de serpientes y grandes
lagartos, también conocido como el método del nudo corredizo (Eakin, 1957).
Este consiste en un nudo corredizo ubicado al extremo de una vara de tamaño
variable según las necesidades. Este método es muy eficiente para estudios
ecológicos en iguanas (Manzanilla, 1997, Manzanilla & Aponte, 1999).
Existe una gran diversidad de diseños de ganchos especialmente
utilizados para la captura de serpientes. Estos son útiles a su vez para la
remoción de objetos durante los recorridos. En los casos de especies venenosas
de recomienda el uso de la vara lazo para disminuir los riesgos de accidentes
por mordedura.
El uso de arpones y anzuelos se emplea para capturar tortugas y
caimanes (Lagler, 1943) y ocasionalmente grandes anfibios. Este método, aunque
produce buenos registros para animales grandes, es poco recomendable por lo
cruento del mismo.
Una represa momentánea puede ser elaborada para obligar a salir a los
organismos de abajo de las rocas. La inundación de pequeñas, medianas o grandes
superficies, puede ser efectiva para la captura de algunas especies de hábitos
subterráneos, al obligarlos a salir a la superficie.
Se ha señalado al uso de la electricidad como una manera efectiva de
censar y colectar animales acuáticos (Anderson & Smith, 1950; Péfaur,
1995). La abundancia y densidad de los anfibios acuáticos puede ser determinada
mediante esta técnica. Primero, se selecciona y mide un cuerpo de agua a
muestrear. Luego, se coloca una red a lo largo en el punto más bajo del curso
de agua, se introduce las varas con electrodos terminales y se activa el paso
de corriente eléctrica; los animales afectados flotan, se capturan y se cuentan
(Péfaur, 1995).
Permiten ampliar la capacidad óptica para la observación de ejemplares
a distancia, facilitando la identificación. Permite además el registro de
información sobre comportamiento e historia natural de las especies de medianos
y grandes tamaños, como lagartos, tortugas y caimanes.
Ciertos procedimientos de campo se basan sobre el registro de
individuos utilizando los cantos de llamada. Esta técnica si bien es simple en
relación a la obtención de los registros, requiere de cierto nivel de
conocimientos y la disposición de adecuados equipos (analizadores de
frecuencia) para el procesamiento de la información (Heyer et al., 1990;
Sierra, 1998).
Algunas especies de reptiles, dejan huellas características al
desplazarse, las cuales pueden ser utilizadas para señalar la ocurrencia de
especies en un área. Este procedimiento aporta información sobre la especie y
el hábitat empleado, sin embargo no proporciona un estimado preciso de la
abundancia y puede ser además afectado por los vientos y las precipitaciones.
Algunas especies, como es el caso de ciertos caimanes o babas,
reflejan de manera característica la luz de una linterna durante la noche. Esto
nos permite realizar conteos de individuos para la elaboración de censos
(Seijas, 1986).
Registro de datos
Dependiendo de los objetivos específicos de la investigación, una vez
ubicado los animales en el campo, con o sin traslado posterior al laboratorio,
deberán registrarse datos compuestos por una serie de mediciones morfológicas,
de comportamiento y ecológicas. Un aspecto importante a definir antes del
inicio de la investigación es cual o cuales serán las herramientas a utilizar
para el registro. Las dos herramientas más comunes utilizadas son la Libreta de
Campo y las Planillas. Sólo pocas medidas, tales como clases de tamaño y de
edades, pueden ser tomadas en registros de oportunidad. El uso de Planillas de
Campo previamente diseñadas y de Libreta de Campo es indispensable para
alcanzar un registro adecuado de los datos. Una planilla adecuada es la
presentada en la Tabla 2, que permite registrar los datos esenciales de los
animales y de algunas variables ambientales, dando idea de la calidad del
ambiente donde han sido capturados u observados. Al uniformar el registro de
los datos se puede tener confianza en que los posteriores análisis, tanto
estadísticos como ecológicos, serán factibles y significativos. Por ello, la
planilla sugerida implica detallar bien los ambientes y hábitats de los
animales bajo estudio.
La captura de ejemplares, con la adecuada identificación del
individuo, nos permite obtener medidas biométricas o condiciones ecológicas,
tales como largo total, longitud cabeza - ano, peso, sexo, condición
reproductiva, patrón de coloración, número de escamas cefálicas, número de
filas de escamas, forma de los hemipenes, etc. Estos valores son indicadores de
su condición fisioecológica y toman una validez relevante, especialmente cuando
los animales son liberados y/o recapturados. También se puede aprovechar los
ejemplares vivos para realizar un análisis de los contenidos estomacales,
especialmente en reptiles, a través de un lavado estomacal o por regurgitación
forzada (Rivas et al., 1996). Si el animal es sacrificado se puede estudiar a
través de técnicas de disección.
Estandarización del proceder de muestreo
El investigador debe prestar particular atención a ciertos factores
que pueden afectar sus resultados durante el muestreo. El mayor problema quizás
sea el hecho de que muchos factores asociados con la actividad y reproducción
de los anfibios y los reptiles varían con las fluctuaciones ambientales, tales
como la precipitación y la temperatura. Así, en los estudios de impacto
ambiental es importante ser cauteloso al interpretar resultados ya que las
diferencias observadas pueden resultar de las fluctuaciones naturales en el
tiempo, más que por cambios ocasionados por el hombre.
buen aporte
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